Salta a la vista

A quien niegue hoy que hombres y mujeres son iguales en dignidad lo tomamos por un rematado idiota. Ahora bien, ¿quién ha demostrado esta igualdad? En el pasado, todos, incluidos los mejores entendimientos, la negaron, aunque nadie había demostrado entonces la diferencia de sexos como nadie ha demostrado ahora su igualdad. Ocurre tan sólo que a la cultura anterior le parecía evidente lo primero y a la presente lo segundo, en ambos casos sin prueba explícita. De donde se sigue que los conceptos fundamentales de la cultura dependen de las evidencias operantes en ella. Una evidencia, percibida directamente por el sentimiento, no se discute, sino que, al contrario, es presupuesto de toda discusión racional, incluida la opinión pública. Luego disfrutará de la opinión pública más inteligente aquella sociedad que ha educado el corazón de su gente para que sienta como indiscutible aquellos principios que propician lazos de amistad cívica.